25 de mayo de 2013

Rodolfo Gómez P.

Me acuerdo cuando tenía un elefante de mascota
Le daba su comida en un trastecito azul, sino no comía.
Le gustaba cuando de cariño le decía Rodolfin (de Rodolfo).
Nos gustaba pasear en la plaza por las tarde-noches, e ir a alimentar a los pajaritos a la iglesia de San Bartolomeo.

Lo que pasó es que cuando creció ya no cabía en mi patio, ni en su camita, tenía que llenar el trastecito azul tres veces para saciarlo, y se ponía de mal humor si no tomaba agua cada hora.

Mi mamá se lo llevó a la granja de elefantes. Me dijo que ahí está toda su familia y que ahora es muy, muy feliz.
A veces le mando con mi mamá galletas de canela, eran sus favoritas de pequeño. Yo no lo puedo visitar porque sé que se pondrá muy triste verme partir, eso dice mi mamá.

Extraño mucho a Rodolfín.

No hay comentarios.: