3 de junio de 2010

Sentir matar

...y pensar que fue el último suspiro,
y que sus últimas palabras fueron mudas,
y que por su mente pasaban mil imágenes,
mientras corrían lágrimas por sus mejillas 
por la impotencia de no poder cumplir sus sueños.

Y sentir el temblor de su cuerpo inútil,
en mis tibias y muy deprimidas manos,
manteniendo la mirada fija hacia Dios,
rogando por un poco de compasión.
Una despedida sin quererse realizar.